Gracias a estos ejercicios físicos y mentales los mayores mantienen en forma su memoria

Todo lo que hemos vivido, todos esos recuerdos se almacenan en nuestra memoria. Una memoria que no se detiene ni cuando dormimos, ya que cuando soñamos experimentamos emociones y alimentamos nuestro cerebro de nuevas historias. Puede que solo sea un despiste pasajero el hecho de olvidarnos de ciertos detalles, fechas o datos, pero lo cierto es que la pérdida de memoria, cuando es más acusada y significativa, se siente como una amenaza a medida que pasan los años y nos hacemos mayores.

A modo de prevención, nunca está de más ejercitar nuestro cerebro paramantener esos recuerdos en plena forma. Y a continuación apuntamos algunos sencillos ejercicios para lograrlo.

Cuidar de tu memoria es muy fácil

Prueba cada día a hacer estas sencillas pautas mentales para cuidar tu memoria y evitar que ese deterioro, a nivel mental, sea mayor. Así, uno de los ejercicios consiste en observar los objetos que te rodean, en una habitación o en la calle, y comenzar a nombrar todo aquello que vas viendo, los colores, las formas…

No hace falta recordar lo beneficioso que es, en todos los sentidos, pasar tiempo con nuestros nietos. Aprovechemos esas tardes juntos para contarles historias y recordar cómo éramos nosotros a su edad, los juegos a los que jugábamos o los nombres de nuestros amigos de la infancia. Ellos se quedarán asombrados escuchándote y tú podrás ejercitar tu memoria a largo plazo y recordar con cariño aquellos años pasados.

Hacer crucigramas es otro de los sencillos métodos para ejercitar tu cerebro. Puedes hacerlo en compañía o en solitario. La mejor forma de aprender y ampliar nuestro vocabulario al tiempo que nuestra fuerza mental trabaja un poco.

¿Sabías que el ejercicio físico también puede ayudarte?

Además de estos pasatiempos mentales, no te olvides de practicar, también, algo de actividad física ya que contribuye a mejorar la salud mental. Según la Universidad de California Irvine, «una moderada cantidad de ejercicio físico mejora inmediatamente la memoria, no sólo en mayores sino también de la gente joven, pues ayuda a la conectividad entre las áreas del cerebro que ejercen esta función«.

Así, puedes optar por hacer ejercicios de resistencia, jugar al tenis, andar a paso ligero o incluso bailar. Sí, dar unos pasos al ritmo de la música no es solo una actividad de lo más divertida con la que cuidarás tu cuerpo por dentro y por fuera; sino que estarás ayudando a tu memoria.

Además, en casa puedes hacer unos sencillos ejercicios para ganar en coordinación y favorecer tu memoria:

  • Colócate de pie con las piernas abiertas, mientras que con la mano izquierda presionamos la zona del ombligo de forma ligera. Sitúa los dedos pulgar e índice de la mano derecha para presionar las arterias carótidas (para mejorar la circulación de la sangre al cerebro) y masajea con la lengua la zona del paladar.
  • Ponte de pie y cruza tus pies con cuidado de no perder el equilibrio. A continuación, estira los brazos hacia adelante con los pulgares hacia abajo. Ahora entrelaza los dedos de tus manos y llévalas al pecho. No te olvides de apoyar tu lengua en el paladar mientras repites este movimiento varias veces. Gracias a esta sencilla rutina mejorarás la actividad de los dos hemisferios cerebrales.

Aspectos Sociodemográficos del Envejecimiento

Los términos o conceptos que es necesario conocer en el estudio de los aspectos demográficos del envejecimiento son los siguientes:

  • Índice de envejecimiento: consiste en la proporción de individuos mayores de 65 años en relación al total de la población.

El panorama demográfico presenta una sociedad en la que casi un tercio de la población serán personas mayores.

Dentro de la población anciana puede existir un crecimiento diferente en los distintos grupos etarios. En nuestro entorno se ha observado un crecimiento del grupo de mayores de 80 años.

Los cambios en la estructura etaria de una población son la resultante de los cambios en la fertilidad, la mortalidad y los movimientos migratorios.

  • Esperanza o expectativa de vida media: corresponde al periodo de tiempo que, con criterios estadísticos, puede presumiblemente vivir una persona a partir de un determinado momento.

La esperanza de vida a los 65 años es el promedio del número de años que se espera que viva una persona de esa edad si se mantienen las tendencias actuales en las tasas específicas de mortalidad por edad. A partir de los 65 años se espera que un individuo viva aproximadamente 19,3 años adicionales.

  • Esperanza de vida dependiente: es aquella en la que el individuo es capaz de valerse por sí mismo. La definición de expectativa de vida activa no está totalmente estandarizada, pero generalmente se refiere a la expectativa de vida sin incapacidad importante o crónica. Comparada con la mortalidad, la incapacidad es el determinante más poderoso del uso de cuidados a largo plazo o prolongados.

La diferencia entre sexos en la esperanza de vida se reducen de forma importante cuando se tienen presentes los años vividos libres de incapacidad, de tal manera que esta ganancia de años en las mujeres respecto a los hombres se realiza sobre todo a expensas de años vividos en incapacidad. Las mujeres viven más años, pero también viven más años con discapacidad.

  • Índice de dependencia de la población anciana: es el porcentaje que se establece entre el segmento de 65 años o más (laboralmente inactivos) con el comprendido entre 16-65 años (laboralmente activos).
  • Expectativa de vida máxima: es el máximo periodo de tiempo que puede alcanzar la vida de una persona.

Iñaki Iribar Unibaso

Método Tabata, una rutina fitness para quemar grasa: ¿en qué consiste?

El mundo del deporte, más concretamente la rama del fitness, está repleto de técnicas y modalidades que buscan ejercitar y tonificar cada uno de los músculos de nuestro cuerpo. Dentro de este extenso grupo encontramos el método Tabata, creado en 1996 por el doctor Izumi Tabata, perteneciente al Departamento de Fisiología y Biomecánica del Instituto Nacional de Fitness y Deporte de la ciudad de Kanoya, en Japón.

Este famoso entrenamiento, que todavía triunfa entre los amantes del culto al cuerpo, destaca por su intensidad y su corta duración, haciéndolo ideal para aquellas personas que no disponen de mucho tiempo para ponerse en forma o también quieren dedicar su rutina de ejercicios a otras modalidades.

Así, el método Tabata está compuesto por intervalos de alta intensidad, similares al también archiconocido entrenamiento HIIT, y recurre principalmente al peso de nuestro propio cuerpo, como las sentadillas, las flexiones o los puentes de glúteos. Debido a la potencia de algunas de sus series, las personas mayores deben extremar la precaución y asegurarse de que su condición física y resistencia son las adecuadas para dicho procedimiento. Bajo esta premisa, ¿qué beneficios aporta al organismo?

Beneficios de practicar el método Tabata

En términos generales, el método Tabata dura aproximadamente unos cuatro minutos, que se dividen en periodos de descanso y de trabajo, que suelen constar de ocho series en total.

Como bien acabamos de explicar, el método Tabata es uno de los más populares, pero también de los más complicados, sobre todo para los principantes. Por eso, solo los adultos mayores que estén acostumbrados a practicar deporte a diario y sientan que tienen una buena disposición física podrán hacer frente a él y, sobre todo, disfrutar de sus beneficios. ¿Cuáles son?

  • Al igual que el resto de ejercicios de alta intensidad, el método Tabata aumenta la resistencia muscular, es decir, permite que el músculo se contraiga adecuadamente sin el mayor esfuerzo. Fundamental para realizar cualquier actividad deportiva.
  • Tal y como aseguran desde el Instituto de Ciencias de la Salud y la Actividad Física (@institutoisaf), también se convierte en un aliado de la resistencia cardiovascular, que «es necesaria para realizar deporte y, además, es un signo de buena salud física, y es la capacidad del corazón y de los pulmones de transportar oxígeno a los tejidos corporales mientras se practica ejercicio».
  • El metabolismo también se ve recompensado con este tipo de entrenamiento. Al elevarse, tu cuerpo seguirá quemando grasas incluso cuando no hagas deporte.
  • Asimismo, la capacidad aeróbica mejora considerablemente, reduciendo así la fatiga que sientes al hacer cualquier movimiento o actividad que requiere cierto esfuerzo.

Eso sí, antes de poner en práctica este método de entrenamiento, consulta con tu médico o un profesional del ámbito para asegurarte de que este tipo de ejercicios son adecuados para tu salud.

Fuente: https://www.65ymas.com/salud/deporte-mayores/metodo-tabata-rutina-fitness-quemar-grasa_6067_102.html

CONSEJOS PARA NO CAER EN EL SEDENTARISMO A MEDIDA QUE VAS CUMPLIENDO AÑOS

El sedentarismo es un “mal” silencioso que acecha especialmente a las personas mayores, que poco a poco reducen la actividad física, optando por la comodidad del sofá. La Fundación Española del Corazón lo dice con absoluta claridad, el sedentarismo es un factor de riesgo frente a las enfermedades cardiacas. Además, la falta de movimiento es también una de las principales causas de obesidad e hipertensión. ¿Cómo puedes combatirla desde el origen?

Pequeños gestos cotidianos para evitar el sedentarismo

No es algo que ocurra de un día para otro. Simplemente, vamos postergando el ejercicio hasta que, sin darnos cuenta, pasamos gran parte de la jornada sentados leyendo, viendo la tele o frente a la pantalla de un ordenador. Si crees que el sedentarismo se está imponiendo como costumbre, no lo permitas, porque se trata de una cuestión de salud. Algunas medidas, muy sencillas, que puedes poner en práctica son:

  • Proponte no pasar más de dos horas seguidas sentado. Es una de las recomendaciones básicas que hace el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social a la población en general y, en especial, a las personas mayores. Se trata de interrumpir conscientemente esos largos periodos de inmovilidad llevando a cabo unos minutos de descanso activo. Ponerte de pie y hacer unos estiramientos, unas extensiones de brazos, unas elevaciones de rodillas o caminar unos pocos pasos (ve a buscar cualquier cosa) va a romper esa falta de movimiento que, progresivamente, lleva al sedentarismo y a sus consecuencias.
  • Camina al menos 30 minutos diarios. Póntelo por norma y deja las excusas “climatológicas”. Si te da pereza, prueba a pasear en compañía o a hacer alguna actividad física en grupo. A veces la “obligación” de sacar al perro es una motivación extra que beneficia tanto a tu salud como a tu mascota.
  • Utiliza la línea de transporte de “San Fernando” (un ratito a pie y otro caminando) para las distancias cortas. Deja el coche siempre que sea posible y si necesitas coger el autobús, ve con tiempo y bájate una parada antes.
  • Mira las escaleras con otros ojos. Si tu condición física lo permite, subir y bajar unos pocos peldaños, a tu ritmo, es un excelente ejercicio aeróbico.
  • Disfruta de un paseo en bicicleta, pues es una actividad muy agradable que puede realizarse a cualquier edad.

Por último, a estas medidas generales, el Ministerio de Sanidad añade dos más, especialmente recomendables para personas mayores de 65 años: en esos minutos de descanso activo, haz ejercicios que te ayuden a mejorar el equilibrio y, al menos una vez a la semana, centra tu actividad física en rutinas que favorezcan el fortalecimiento de los grandes grupos musculares.

RESTAR VALOR O DESPRETIGIAR AL SECTOR RESIDENCIAL ES FALTAR AL RESPETO A LAS PERSONAS MAYORES, A SUS FAMILIARES Y A TODOS LOS QUE TRABAJAMOS EN ESTE SECTOR

Desde hace más de 10 años, llevamos innovando en un modelo centrado en la persona. Queremos que la residencia sea lo más parecido a la propia casa de cada persona que viene con nosotros. Ya sabemos que eso es imposible para la gran mayoría, pero ése es nuestro objetivo y que cada cual pueda vivir como lo decida. Y siempre garantizando una buena calidad de vida cubriendo todas sus necesidades bio-psico-sociales.

La semana pasada un familiar me dijo, “bastante cuesta tomar la decisión de que tu madre deje de vivir en su casa como para oír en el barrio donde vivo o en la televisión que los hijos que dejan a sus padres en residencias, lo hacen para abandonarles”, eso es doloroso y llega muy adentro “es inhumano”.

Este tipo de comentarios, no sólo es muy normal que les duela a las familias, sino que con todos los respetos, demuestran una actitud de ignorancia sobre el trabajo de progresión realizado pensado siempre en el por y para las personas mayores. Generalizar la situación del sector por experiencias que no son habituales en la inmensa mayoría de las residencias es injusto y distorsiona la realidad. La exigencia de adaptarse a las necesidades crecientes de las personas mayores y de la sociedad y el control normativo y exhaustivo por parte de las instituciones públicas del servicio que ofrecemos garantizan la tranquilidad y descanso que pueden tener las familias cuando depositan su confianza en los centros residenciales homologados como los nuestros.

Nosotros los profesionales, no hablamos de pacientes, hablamos de Juana, de María, de Pilar… Los centros residenciales ya nos son lugares sobrios, cerrados, tristes…, son lugares abiertos a la comunidad, a vecinos, a centros de enseñanza y otros grupos culturales, se interactúa y potencia el intercambio intergeneracional con niños y jóvenes y en centros como el nuestro, se desarrollan actividades con animales y con la naturaleza…

Las residencias son lugares a los que se puede acceder cuando se quiere o se necesita. En los que se ofrece todo tipo de servicios, manutención, limpieza, asistencia médica y apoyo psicológico, animación socio-cultural, siendo habituales los talleres de cocina, musicoterapia, fisio, encuentros intergeneracionales. Y si los servicios no gustan o no son lo que se esperaba de ellos, siempre está la posibilidad del cambio de centro residencial.

Contra el desconocimiento, lo ideal es ir a los centros, conocer cómo trabajan los profesionales, mirar a los ojos a las familias y ver a los mayores que viven en ellos.

Los profesionales tratan a los mayores con absoluto respeto y la gran mayoría trasmiten un cariño y una cercanía que habla por sí sólo de lo que los mayores perciben y cómo les hacen sentir.

A esto se le llama vocación, por ello, a todos los profesionales que trabajamos en este sector también nos duelen los comentarios injustos que muchas veces se hacen cuando se generalizan situaciones y casos concretos que salen a la luz pública porque dañan nuestro buen hacer, nuestra profesión y queremos que se respete como un trabajo digno, simplemente porque lo es.

Los familiares forman parte del día a día en los centros residenciales, los MAYORES son los protagonistas y los profesionales merecen un respeto y un reconocimiento por parte de toda la sociedad.

A propósito de lo señalado, debo decir que en nuestra residencia LOIU GURENA, el pasado 24 de mayo una periodista del periódico DEIA entrevistó a dos señoras que viven en nuestro centro, Carmen Mota (92 años) Y Genoveva Martin (94 años) y fue más que satisfactorio leer la entrevista.

Demuestra que efectivamente hay personas mayores que quieren seguir viviendo en la residencia, porque están entretenidas, comparten conversaciones, juegan al bingo, van de paseo con chavales de colegios de alrededor, agradecen a las chicas y chicos trabajadores lo encantadoras y encantadores que son…

Invito a todo el mundo a leerla y a sacar sus conclusiones.

Reflexión: una lección de vida la que nos dan nuestros mayores a todos en general. Y no sólo a los que conocemos este sector sino también para los que se atreven a juzgarlo sin conocerlo.

Enlace de la entrevista del DEIA de Genoveva Martín y Carmen Mota:

https://m.deia.eus/2019/05/24/especiales/hauteskundeak/hay-que-tirar-para-adela

MARISOL COUCEIRO

 

Directora de LOIU GURENA